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Milagros Fernández

tech-entrepreneur

Tech Entrepreneur

Colombia
Airtm
Comencé mi aventura laboral poco después de mis 15 años. Obtuve experiencia en distintos roles, desde atender un ciber café hasta ejercer como gerente de ventas en el ramo automotriz; durante mis primeros años, aprendí que sin importar el cargo que ocupes, está en tus manos marcar la diferencia con cada tarea que haces.
Siempre, desde cualquier rol y en cualquier lugar hay algo por aportar. Es inevitable observar detalles que no nos gusten a nuestro alrededor. Pero la diferencia está en cómo actuamos frente a eso.
Podemos quejarnos y esperar soluciones, o evaluar en qué podemos contribuir para mejorar, eso, es construir.
Cuando comencé en Airtm, era una plataforma de 5000 usuarios. Fui la primera en unirme a los fundadores, inicialmente para moderar los comentarios de Facebook. Luego, tuve un equipo de 4 personas. Creció a 70, y ahora somos más de 150 personas unidas por un mismo objetivo: ayudar a otros.
Construir no es para nada fácil. Es una montaña rusa de emociones, eventos, éxitos y fracasos constantes. Pero mientras cuentes con un equipo que comparta tu visión y todos vean el impacto de su labor, se hará más gratificante cada objetivo completado.
Desde niña he visto mujeres exitosas a mi alrededor y he tenido la oportunidad de aprender de grandes mentoras en distintos aspectos de la vida.
Creo firmemente que una mujer alcanza la plenitud cuando es capaz de admirar, reconocer y apoyar a otras a lograr sus metas.
Me gusta contar mi historia, porque quiero que todas las niñas que hoy crecen en un pueblito remoto como crecí yo, estén seguras de que las oportunidades si existen.
Que las jóvenes que hoy comienzan su primer trabajo, sepan que los esfuerzos de hoy, mañana rendirán frutos.
Que las mujeres que atraviesan la experiencia de la maternidad y encuentran difícil conjugarla con el trabajo, tengan la seguridad de que a partir de ahora tendrán más que brindar, porque verán todo desde otra perspectiva, incluso a nivel laboral.
Y lo más importante, que no es opción quedarnos en un sitio donde no valoran nuestras capacidades. El respeto hacia nosotras, comienza por nosotras mismas.
Me siento agradecida de saber que con mi historia las inspiro a seguir adelante y solo me resta decirles que derroten al único enemigo que puede vencerlas: ustedes mismas. El resto, son solo pequeñas distracciones que dejarán aprendizajes en su camino al éxito.